Todos se burlaban de él, pero en el 2012 fue operado y 5 años después nadie lo reconoce
Para
muchos sentir el viento en la cara, que les crece la barba o el beso de la
persona amada, son cosas cotidianas, pero Mitch Hunter las valora
como un tesoro luego de todo lo que ha vivido. Su historia te conmoverá hasta
las lágrimas, y te hará creer que cuando se quiere todo es posible.
La
peor desgracia llegó a su vida en el 2002. Mitch viajaba en un auto con un
amigo y la pareja de éste. De repente el conductor perdió el control del
vehículo y se estampó en un poste. Su amigo murió, y para salvar a la chica
Mitch la empujó hacia fuera. En ese movimiento un cable se atoró en su pierna
derecha. Estaba atascado en el asiento y, además de todo, ese cable le dio
potentes descargas eléctricas. En pocos segundos su rostro quedó desfigurado.
La
ambulancia llegó tarde; Mitch estaba casi muerto y su pierna no podría ser
salvada. Despertó en el hospital, con la noticia de la muerte de su amigo y la
tragedia en su cuerpo. Tras decenas de operaciones su autoestima estaba por los
suelos. Cada vez que salía a la calle los niños se asustaban y las personas
mayores se burlaban de él. Todo empeoró cuando supo que su novia estaba
embarazada. ¿Qué pasaría si su propio hijo vivía con miedo de verlo a la
cara? ¿Si se avergonzaba de salir con él al parque o cuando fuera por él a
la escuela?
Mitch
no podía vivir con esa idea y, desesperado, aceptó someterse a una operación de
trasplante de rostro. Sabía que el riesgo era alto; quizá su organismo no
aceptaría una piel ajena, el peligro de infección era alto y sólo se había
practicado una vez en Estados Unidos. Pero nada se comparaba con la manera en
que lo trataban quienes lo veían en la calle, y el temor de que su propio
pequeño lo rechazara.
El día
llegó. En el 2012 Mitch se sometió al trasplante. Fue una operación de más de
14 horas, en la cual intervino un equipo de 30 personas, entre médicos y
enfermeras. Despertó de la anestesia sin problema, pero tuvieron que pasar
varios meses para comprobar que su cuerpo realmente había aceptado su nuevo
rostro y que pasara la hinchazón.
Luego
de siete años de todo eso, Mitch es un hombre feliz. Con tristeza recuerda todo
lo que vivió, pero hoy es dichoso al lado de sus tres niños. No importa que su
rostro se vea diferente y que sólo tenga una pierna, diariamente agradece a
Dios la oportunidad de vivir.
“Lo que quiero decir a la gente es
que no se preocupe por cosas sin importancia. Díganle a sus seres amados lo
importante que son para ustedes, demuestren su amor, porque nunca saben en qué
momento ya no estarán a su lado”.
Mitch
lleva una vida normal, ama a sus hijos con todo su corazón, disfruta su trabajo
y vive cada segundo al máximo. ¿No te parece una historia increíble de
superación? Personas como él nos demuestran que nosotros decidimos de qué
manera disfrutamos la vida.
Todos se burlaban de él, pero en el 2012 fue operado y 5 años después nadie lo reconoce
Reviewed by Scarlet
on
octubre 14, 2017
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