Pensó que eran picaduras de insectos, pero cuando el veterinario lo vio, llamó a la policía
Quienes
amamos a los animales sabemos que son seres que merecen todo nuestro amor,
atención, respeto y cuidados, pero desafortunadamente todavía existen personas
a quienes no sólo no les gusta acercarse a ellos, sino que encima los lastiman
sin consideración.
Hayden
Howard, de Seymour, Estados Unidos, tiene como mascota un mastín inglés al cual
llama “Jack”, al que le tocó ser víctima de la crueldad de la gente aun sin
hacer absolutamente nada para merecerlo.
Para
suerte de “Jack”, Hayden lo considera un integrante más de su familia, y al
notar que tenía en su cuerpo unas erupciones, rápidamente lo llevó al veterinario
para que le curara lo que en un principio pensó eran picaduras de insectos. Lo
que nunca imaginó fue lo aterrada que se iba a sentir al descubrir que se
trataba de orificios.
En la
clínica los médicos le informaron que los orificios se debían a disparos de
balines. Hayden no pudo contener el llanto al darse cuenta de que su compañero
tenía heridas semejantes en cara, patas y estómago.
Después
de que le entregaron los balines que quitaron del cuerpo de “Jack”, Hayden no
podía creer que fueran tantos, y que alguien hubiera sido capaz de desahogar de
esa manera su maldad.
Para
que los doctores sacaran cada uno de los 33 balines que tenía el indefenso
animal, tuvieron que rapar todas las partes afectadas. Aun así, dejaron
alrededor de 20 plomos que les fue imposible sacar. Y como si eso fuera poco,
encontraron alrededor de 15 orificios vacíos, por lo que suponen que los
impactos lo lastimaron pero no atravesaron la piel, sólo rebotaron.
Si
sacamos cuentas de la cantidad de impactos que recibió “Jack”, estamos hablando
de que quien disparó lo hizo por casi 70 veces, lo cual comprueba que es un ser
lleno de maldad e incapaz de mostrar ningún tipo de compasión.
Al
investigar, las autoridades encontraron unos balines junto al árbol del patio
trasero de la casa de Hayden, sospecharon que quien disparó fue el vecino, y lo
corroboraron al inspeccionar la casa y encontrar tanto la pistola como los
balines.
El
responsable resultó ser Tom Woodward y fue inmediatamente arrestado. Tiene
antecedentes criminales y ahora agrega el cargo de crueldad hacia un animal.
Las pruebas arrojaron que los balines encontrados en su casa coincidían con los
extraídos del cuerpo de “Jack” y fue sentenciado a varios años de cárcel,
además de tener prohibido acercarse a un animal.
Por suerte
para “Jack” y para su dueña, esta historia tuvo final feliz, pero
lamentablemente no todos los casos son iguales, por lo que debemos seguir
haciendo conciencia de lo importante que es detener el maltrato animal.
Pensó que eran picaduras de insectos, pero cuando el veterinario lo vio, llamó a la policía
Reviewed by Scarlet
on
julio 19, 2017
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